martes, 2 de abril de 2013

Aloe Vera.



 Curiosidades:
El Aloe Vera es un excelente limpiador y antiséptico natural (contiene al menos seis agentes antisépticos: lupeol, ácido salicílico, nitrógeno de urea, ácido cinámico, fenol y azufre),  penetra fácilmente en la piel y en los tejidos (en algunas ocasiones cruzando siete capas distintas), que actúa como anestésico calmando todo tipo de dolores (especialmente los musculares y de las articulaciones) y tranquilizando los nervios, que posee una gran actividad bactericida, que también destruye numerosos tipos de virus, que es fungicida, antiinflamatorio, antiprurítico (detiene la comezón), altamente nutritivo (contiene vitaminas, minerales y azúcares), dilata los capilares sanguíneos incrementando la circulación en la zona afectada, descompone y destruye los tejidos muertos (incluyendo el pus), favorece el crecimiento celular normal (acelerando la curación de llagas y heridas), hidrata los tejidos y es antipirético (elima la sensación de calor en las llagas, úlceras e inflamaciones).

Cuidados:
Como el aloe vera crece en climas cálidos de tipo desértico, sus principales enemigos naturales son: el exceso de agua y el frío por debajo de los 10º C. Por contra es muy resistente a las plagas y a la falta de agua.

Para evitar las malas condiciones atmosféricas, es conveniente plantar el aloe en lugares resguardados. No obstante, requiere mucha luz, aunque no es preferible que no esté expuesta de forma directa.

El terreno tiene que ser arenoso, aunque no es una condición imprescindible, ya que también crece en óptimas condiciones en tierras volcánicas, como es el caso de las Islas Canarias. Lo que sí es muy importante es que el terreno tenga un buen drenaje y sea ligeramente ácido.

La siembra debe realizarse dejando una distancia de dos metros entre una planta y otra, ya que el aloe echa grandes raíces y pueden llegar a enredarse unas con otras, quitándose así los recursos naturales o fusionarse hasta convertirse en marañas de matas que se ahogan entre sí. La reproducción es por estolones, siendo el otoño la mejor época del año para llevar a cabo este proceso. Nunca debe realizarse en invierno.

El riego no es un elemento imprescindible, gracias a su gran resistencia a la falta de agua. Aún así, es recomendable regarla con poca agua, lo que nos permitirá dos recolectas anuales. En caso contrario, sólo podemos cortar hojas una vez al año. 
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